Mi estrés en cada cumpleaños, a vísperas de cumplir 22
14:05Pedro TerceroNo tenía planeado escribir esta nota así como nunca tengo planeado que hacer el día de mi natalicio. Nunca me ha gustado cumplir año, es una fecha que me causa mucho estrés y una oleada de pensamientos filosóficos que, en vez de alegrarme, muchas veces me entristecen. Organizar un encuentro de egocentrismo para festejar mi cumpleaños no me gusta –creo que es por la idea de sentirme responsable de los invitados–.
Este será mi
primer cumpleaños lejos de casa y no había caído en cuenta de la magnitud
del asunto, seguramente me pegue la depresión por estar alejado de mis padres,
encerrado en el cubículo de la oficina donde trabajo… viendo como mi muro de facebook
se llena de felicitaciones mientras
cuento los minutos para poder disfrutar de mis cuatro horas libres al día. No sólo
será mi primer cumpleaños en Perú, será el primero en que estoy trabajando y
lleno de responsabilidades –creo que ya me he convertido en un adulto–.
La verdad, la
sincera razón por la cual no me gusta cumplir año y en especial desde que desperté
teniendo 18, es por la egoísta costumbre
que tengo de hacer una retrospección a lo que he vivido pero en resalte aquello
que no pude lograr en los 360 días que viví antes de mi natalicio.
Comienzo a
pensar, a culparme por no lograr mis
metas planteadas para ese año, de saber que estoy consiguiendo un número más en
mi vida pero continúo sin cumplir mis sueños y siempre por las razones que
siempre he sabido: falta de disciplina y constancia.
Quien me
conoce de verdad sabe mis aspiraciones de ser una imagen referencia en el mundo
de la comunicación y la creación de contenido, anualmente me planteo como
alcanzarlo pero siempre termina otra cosa tomando mi atención… ahora la excusa
es no tener tiempo y tener que trabajar con un horario de prisión para poder
pagar mi vida en este país.
La incertidumbre de qué me deparará
Luego de todo este alboroto
existencial que tengo cada 360 días, pienso en los pocos años que tengo, esta
vez será 22 el número que tendré encima y aunque ya cada vez estoy más viejo se que aún me queda tiempo por delante –al menos que me arrolle un carro antes de
tiempo–. Esto no es excusa para dejar pasar los días pero si de aceptar que
nunca sabré que me deparará, la vida me tiene preparada una montaña de
incertidumbres y momentos, así que no me queda de otra que seguir trabajando
por lo que quiero (trabajar de verdad) y esperar las sorpresas del destino.
Lo importante es aceptar que cada
quien tiene su momento en el lapso de tiempo indicado para uno.
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