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Tengo Algo Importante que Contarles

8:20Pedro Tercero



Pocos me conocen y creo que tampoco me conozco del todo bien, sin embargo, esto es una carta de compromiso hacia mí a dejar ser quien ayer era al poner punto final a la procastinación que me ahoga.

                Siempre he sido –y acepto aunque me duela- un soñador empedernido que cada día se plantea las posibilidades de lo que sería si realizara una cosa o la otra, quizás tenga sueños muy grandes que cumplir y no he dado el todo por el todo para lograrlos o, peor aún, he empezado muchas veces pero al final desmayo mis intenciones para poder prestarle atención a otras cosas que erróneamente considero más importantes ¿Qué puede ser más importante que mis sueños?

                Mientras vivía en Venezuela era experto en crear excusas para mí, escondiéndome detrás de ellas al explicar las razones por las cuales no continuaba con las cosas que me gustan. Por ejemplo me fascina escribir para mi blog y lo había dejado de hacer porque “no tenía tiempo” o “no tenía temas para escribir” –que burdas falsedades-, y eso hacía que lograra conseguir otras cosas en la limitante del día a día pero no alcanzaba el peldaño que me llevase hacía mi objetivo de vida o quien quiero ser en futuro, digamos que en Venezuela era más pragmático por lo que necesitaba para el momento dejando a un lado esto que es importante para mi desarrollo y persona.

                Entre esas cosas no importantes que “me quitaban todo el tiempo del día” estaba mi lucha diaria para poder salir del país, era una batalla conmigo mismo más que por conseguir dinero puesto que dependía exclusivamente de mí poder reunir el dinero que me permitiese salir con lo justo hacía otra Nación con más posibilidades –esta es otra mentira, las posibilidades de desarrollo personal las tenía en mi tierra, sólo que allá no tenía la paz interna de comer lo que quería ni caminar por donde deseaba, muy bien podía quedarme allá y lograr todo pero tenía lo que llamo agotamiento a la crisis–.

                Ahora estoy viviendo en Perú, con menos comodidades, más dinero que en Venezuela y obviamente con mayor diversidad de menús que disfrutar a la hora del almuerzo. Emigrar para mí ha sido una experiencia de encuentro conmigo mismo y las cosas que deseo puesto que aquí si es verdad que SOY NADIE y si me conformo con trabajar en una tienda o de mesonero en un restaurante resultará imposible que logre ser esa persona que tanto he querido ser.

                Lo importante ahora, en este corre corre de las horas las cuales cada día duran menos en este país, es ponerme los pantalones para salir a trabajar mientras me afilo mis habilidades al apretar las tuercas de mi ingenio y así no dejar de hacer lo que me gusta, comprometerme conmigo mismo y con ustedes –no sé cuál de los dos compromiso tiene más efecto en mí pero es mejor usar ambos por si uno falla– en que todas las semanas como mínimo haré una sola cosa que me gusta, puede que sea un vídeo o un texto dramático como este pero he de hacer algo.

                Esto ha sido lo más showsero que he hecho en la vida, confieso que me gustó, es de alguna forma gratificante poder vaciar mi mente en párrafos de mi blog… así que no pienso volver a dejar de hacerlo. Me despido hasta dentro de unos pocos días, hablaremos más a menudo, sabrán más de mí y de toda esta locura de emigrar la cual me ha encantado –admito que ya quiero conocer otro país o emigrar nuevamente–.


                ¿Qué me aconsejan para enfocarme en lo que quiero y dejar de crear excusas tontas? Dejen en los comentarios su respuesta y recuerden seguirme en todas mis redes sociales como @soypedrotercero

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