No tengo su precio en mano y mucho menos las riquezas de ella en mi saldo, obviamente no soy famoso pero al igual que ustedes conozco desde la distancia lo que equivale llegar a ser una figura pública.
Hoy no vengo a
hablarles de las dificultades que conlleva alcanzar los millones de
seguidores, sino de lo que muchos deben abandonar para estar en el top del
mundo del entretenimiento. Hoy hablaré de las farsas que nos vende el show
business a cambio de una audiencia envidiable.
Seamos
claros en el asunto: Nada en la TV es real o sincero, existen pocos casos de
personalidades auténticas que traspasan las pantallas y logran continuar siendo
tal cual ellos son. Sin embargo hay cosas que llegamos a presenciar que creemos
que son reales, las cuales luego nos sorprenden al descubrir que era obra de un
guion delineado con antelación. Y seamos claros en otro asunto: todos quisiéramos
ser reconocidos-, famosos- por lo que hacemos aunque sea alguna vez en nuestra vida y no está mal
pensar en ello.
Un
caso que se conoció hace poco, por el cual hoy vine a escribirles, es el del
reality show “El Precio de la Historia” en donde personas llegaban a una casa
de empeño para negociar productos con un gran valor histórico. Admito que
estaba convencido de la veracidad de los casos que mostraban allí, por lo cual
fue una gran sorpresa leer en la web que la gran mayoría de las tramas
presentadas eran montadas con el único fin de impulsar el negocio de
participantes terciarios del programa.
Esta
estafa al parecer es cotidiana en la industria, ahora son incontables los
Realitys Shows que nos venden vidas perfectas de personas casi perfectas. Las
Kardashians, Los Jersey Shores, entre otros, presentan una apariencia digna de
una portada de Vogue con una rutina diaria que roza en lo absurdo… No pueden
vivir todos los días-, todo el día- luciendo el mejor maquillaje y con la
energía suficiente para poder bailar, tener sexo e ingerir alcohol en todo
momento-. Aunque esto último si muchos quisieran hacerlo-. Hoy en día esta fórmula
de programa televisivo es tan exitosa gracias al deseo de las personas por alcanzar
el nivel de ellos.
Que interesante sería conseguir a menudo programas que sigan la vida de mujeres luchadoras o personas emprendedoras que dejen algún mensaje positivo a la población con cada día de su vida presentadas en un show televisivo.
Detrás
de una cámara todo es distinto, sin la pantalla divisora entre la “fama” y
nosotros no hay filtro ni encuadre que disimule las estrías de la vida. Mientras
los flashes deslumbran a algunos, existen otras estrellas que hoy son
invisibles aunque brillen más que las encontradas en el suelo de un paseo… pero
ese será tema para otra semana.
No
creamos todo lo que veamos ni el 100% de lo que leamos en un medio de
comunicación, es una industria de cuentos y magia que vende los sueños hechos
realidad, sólo disfrutémosla sin dejarnos seducir por ella.
Por último quisiera saber qué opinan ustedes de estos "perfectos" que nos muestran en los reality shows, y a su vez quiero aprovechar la ocasión para agradecer todo el apoyo de ustedes en mi primera publicación
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